Antes de llegar hasta este post, en tu búsqueda de ideas originales para una segunda residencia, habrás visto artículos, imágenes e incluso ejemplos reales de lo más sorprendente… por no decir de lo más estrafalario. Propuestas de reciclaje y reutilización de dudoso gusto, casas en el campo donde la habitabilidad poco importa, viviendas en primera línea de mar imposibles de justificar ante la Ley de Costas… En definitiva: espacios que parecen solo justificables en una story de Instagram, pero que después tienen poco recorrido.
Sin embargo, en estas líneas te presentamos nuestras tinis, unas casas modulares industrializadas que ya hemos instalado en espacios muy singulares de diferentes comunidades autónomas, haciendo realidad el sueño de sus propietarios: contar con una segunda residencia de lo más especial y en plena naturaleza.
Casa modular: una idea original como segunda residencia
Partimos de la base de que querrás que tu segunda residencia esté en un lugar alejado de tu casa habitual y que la utilizarás en menor medida: en el mejor de los casos, durante los fines de semana y las vacaciones. Precisamente por ello, a tu segunda residencia no le podrás dedicar los mismos recursos y el mismo tiempo que a tu vivienda habitual.
Así que cuanto menos trabajo te dé tu segunda residencia, mejor, tanto en su construcción como en su mantenimiento. Y eso es justo lo que ofrece una casa modular, en especial nuestras tinis:
- Son fáciles de diseñar y configurar.
- Son rápidas de fabricar, transportar e instalar.
- Los materiales y acabados utilizados están optimizados para garantizar una larga durabilidad con escasas labores de mantenimiento.
Como ves, hablamos de “fabricar, transportar e instalar” porque nuestras tinis se elaboran en una nave, se trasladan ya hechas a su destino final y se colocan de una forma sencilla, quedando conectadas a los suministros en pocas horas.

Dónde se puede instalar una tini como segunda residencia
Muchos son los espacios donde se puede instalar una tini, pues se adapta a prácticamente cualquier terreno. Pero lo que la convierte en una idea original para una segunda residencia es que son aptas para espacios realmente aislados, incluso en entornos naturales donde no llegan los suministros habituales (agua, alcantarillado, red eléctrica).
En esos casos y siempre que lo permita la normativa urbana del municipio en cuestión, se puede optar por una tini completamente autosuficiente, o solo en parte, con depósito de agua, fosa séptica y paneles solares, según las necesidades. Es, por tanto, una casa de espíritu libre, que proporciona a su vez libertad e independencia a sus propietarios.

Qué permite una segunda residencia de este tipo
En el caso de una tini, lo más importante no es la vivienda en sí, sino lo que realmente ofrece a sus propietarios. Y lo que proporciona es una sensación de aislamiento y desconexión que permite reconectar con uno mismo, entrando en armonía con la naturaleza, especialmente si se inserta al 100% en ella.
En una tini, sus moradores vuelven a lo básico, a lo que realmente importa: el descanso, la liberación de la mente, la paz. Ese es el gran objetivo de toda segunda residencia pero que, en realidad, pocas veces se consigue: a menudo las viviendas de este tipo suponen una atadura más y, debido a su gran tamaño y tipología constructiva, absorben el tiempo libre con nuevas tareas de reparación o mantenimiento. Y en otros casos, esa segunda vivienda se convierte en una suerte de almacén para guardar trastos que no caben en la primera vivienda.
A una tini, en cambio, se acude ligero de equipaje y de tareas, a reconquistar el tiempo que se escapa entre los dedos en el día a día o que se desaprovecha en una casa teóricamente vacacional, que en realidad esconde más obligaciones y quebraderos de cabeza. Por ello, podemos decir que nuestras casas modulares industrializadas son una idea muy original como segunda residencia.

¿Cómo te gustaría vivir?
En tini construimos estilos de vida, formas de sentir y disfrutar espacios únicos. Espacios con vida para una vida mejor.